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La incertidumbre Schrödinger-Ilicitano
OPINIÓN por Juan Marín.
Se acerca el final de este año 2018, y también de la primera vuelta de Tercera División. Hasta enero no se jugará el último partido, pero cuando acabe diciembre, ya habrán pasado 18 jornadas.
Tiempo más que suficiente para poder analizar al equipo, saber sus fortalezas, sus debilidades y su estilo. Por supuesto, un análisis basado más en el pasado para intentar predecir el futuro.
Al Ilicitano le pasa mucho el estado del famoso «gato de Schrödinger», donde se dice que dentro de la caja donde está metido junto con un poderoso veneno, está vivo y muerto al mismo tiempo.
Esta conocida situación sirve para explicar los sucesos de la mecánica cuántica, que desafían a nuestra lógica cuando intentamos observar el experimento. Se basa en que el propio observador, interfiere en su resultado.
Lo podemos descubrir con el experimento de la doble rendija, donde un átomo se comporta como una partícula o como una onda dependiendo de si lo estamos observando.
Vale, ¿qué tiene que ver todo esto con el Ilicitano? Su situación parece más sacada de la mecánica cuántica. Un equipo que ha demostrado cosas muy buenas, pero también con muchos problemas. El Ilicitano, como el gato de Schrödinger, está «vivo y muerto».
Es algo que escapa a toda nuestra lógica y que es difícil de explicar, como ocurre con la mecánica cuántica. Difícil de predecir, difícil de medir o de saber cuál será su resultado exacto.
Ha hecho partidos muy buenos contra Atlético Saguntino, Torre Levante, Crevillente, Silla, La Nucía o Acero. Pero también ha tenido malos partidos contra Eldense, Orihuela, Jove Espanyol, Paterna, Atzeneta o Vilamarxant.
Es una incertidumbre saber qué tipo de partido saldrá en el siguiente encuentro. Como pasa en el experimento de la doble rendija, el Ilicitano pasa por los dos huecos al mismo tiempo. El de la victoria y el de la derrota, estando a la vez en los dos estados.
Con todo esto quiero explicar que la solución para el Ilicitano no es nada sencilla, y que sí se están probando cosas nuevas, aunque no están funcionando. En el último partido, jugaron tres jugadores del División de Honor, en un intento de ver si podría funcionar.
Se ha probado con dos mediocentros, con tres mediocentros, con dos extremos, con uno extremo, con tres delanteros, con un sólo punta… se han probado tantas cosas y nada funciona. Volviendo al ejemplo de la mecánica cuántica, estás probando varias cosas para saber lo que está ocurriendo, y nada te da la respuesta que debe salir.
Simplemente, existe. Sabes que existe, pero no puedes explicar por qué funciona o por qué pasa esto. Sabes que el Ilicitano está mal, que no está consiguiendo ganar sus partidos, pero no puedes explicar con certeza el motivo exacto.
¿El Ilicitano juega mejor con dos puntas o con una? ¿es mejor la 4-4-2 o la 4-1-4-1? no sabría decirlo, porque el equipo ha hecho partidos buenos con las dos formaciones, y también partidos malos.
Este es el problema del Ilicitano, no sabes dónde está el fallo, no sabes la causa de ello para poder corregirlo a corto plazo. Lo malo es que te urge corregirlo cuanto antes, o sino terminarás en el descenso.
Al igual que pasó con la mecánica cuántica, donde los físicos tuvieron que idear nuevas fórmulas y ecuaciones para predecir los resultados de dichos experimentos, el Ilicitano deberá encontrar la suya para volver a la senda de la victoria.
Los físicos tuvieron que dejar atrás todo lo que sabían de física clásica para poder adaptarse a la mecánica cuántica, puesto que no servían para explicar lo sucedido. Quizás en el Ilicitano toque hacer lo mismo. Quizás hay que dejar atrás algunas cosas y buscar de hacer un nuevo proyecto de fútbol base que sí funcione.