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Pablo Aguilera, sudor y esfuerzo

El centrocampista empezó la temporada entrando más desde el banquillo y acumulando minutos en cada encuentro. En este último tramo del año, Pablo es ya un jugador indispensable para el Ilicitano.

Pablo Aguilera estuvo la temporada pasada cedido en el Crevillente Deportivo para que se fuera formando y adquiriendo experiencia en la Tercera División.

Aunque tuvo alguna que otra lesión, impidiendo que obtuviera más minutos, el mediocentro llegó a acumular más de 1.500 minutos, siendo titular en 18 encuentros disputados la temporada pasada.

Este mismo verano, el jugador volvió al conjunto franjiverde para seguir creciendo como jugador. Sus primeros partidos empezó desde el banquillo. No fue hasta la jornada 8 contra el Novelda, cuando tuvo su oportunidad de salir como titular.

Hasta ese momento, Pablo sólo había disputado un total de 30 minutos. Pero su perseverancia en los entrenamientos y su buen trabajo en el terreno de juego, le dieron las opciones de conseguir un puesto de titular.

Desde entonces, el mediocentro ha sido un fijo en las alineaciones de Fidel Martínez. Ahora mismo acumula un total de 650 minutos disputados.

Lo más destacado de Pablo Aguilera es que ha ido de menos a más, hasta ser un jugador importante en el equipo. Su golazo ante la UD Alzira supuso una victoria para cambiar de dinámica y darle una alegría al equipo.

Podemos decir que Pablo es como un mercenario, un «expendable». No en el mal sentido de la palabra, todo lo contrario. Sino uno de esos tipos que al propio Sylvester Stallone no le importaría reclutar para su equipo.

Su trabajo habla por si sólo, y su lucha en las disputas de balón son su característica más destacada. Un jugador que se adapta a cualquier situación y polivalente en varias posiciones. Tanto en la zona de creación como de interior o mediapunta.

Dispone de múltiples recursos para poder anular al equipo contrario. Junto con Jero Rocamora, podríamos decir que los dos forman un equipo de operaciones especiales.

Todo este trabajo que ha cosechado Pablo Aguilera ha sido gracias a su esfuerzo y dedicación. No ha sido de la noche a la mañana, ni de un día para otro. Ha sido fruto de ser constante y seguir trabajando. Todos los días, en los entrenamientos y en los partidos.

«Quiero verte hacer cosas, Pablo» le ha dicho en alguna ocasión el entrenador del Ilicitano desde el banquillo. No como algo negativo, sino por el potencial que tiene el jugador en su interior.

Por supuesto, como todos, tiene sus errores y sus fallos. Aquella segunda tarjeta amarilla ante el Atzeneta será difícil de olvidar. Pero para eso, están aquí, en el Ilicitano. Para aprender de sus errores, y mejorar.

Un jugador con la fuerza y el ímpetu de Pablo debe saber controlarlo. Canalizarlo de la forma adecuada para que no se convierta en agresividad pura y termina en una falta con sanción.

Es por estas cualidades que Pablo Aguilera se ha convertido en un mediocentro importante para el Ilicitano. De aquí a final de temporada, será necesaria una actitud como la suya para poder escalar puestos en la clasificación.

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Pablo Aguilera en la disputa de un balón (Foto: Juan Monzón)

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