OPINIÓN por Juan Marín.
Han sido muchos meses de sufrimiento y de lucha constante en el Ilicitano. Una temporada dura, terrible y que se repite en el tiempo. Al igual que la temporada pasada, el equipo se salvó en el tramo final.
Sin duda, los jugadores van a salir curtidos por estas fases. Más incluso los que han padecido en dos ocasiones esta situación. Les vendrá bien para el futuro, sabiendo que para conseguir sus objetivos, van a tener que sufrir.
Pero no son los únicos que han sufrido. El cuerpo técnico, todos ellos, también han pasado por dicho calvario. Desde los preparadores físicos hasta los utilleros y delegados. Todos y cada uno han sufrido para lograr el objetivo de la salvación.
Sin duda, las cabezas visibles de estos cuerpos técnicos han sido Fidel Martínez y Sergio Pelegrín. No han conseguido este objetivo solos, lo han conseguido con ayuda de su cuerpo técnico.
Aunque son los que más se han visto afectados por la fuerte presión de la permanencia. Son los responsables en el área técnica, y eso pesa. Sus decisiones tienen mayor responsabilidad, y sienten ese peso añadido cuando las cosas van mal.
Tanto Fidel como Sergio han intentado aplicar sus métodos para lograr los objetivos de la temporada. Con sus aciertos y errores, al final ambos entrenadores han cumplido su misión.
Los números de Fidel Martínez han sido la suma de 27 puntos con 5 victorias, 12 empates y 11 derrotas. Sin duda, estos números no presagiaban nada bueno. Al final, con aquel empate a 2 ante el Acero en el Martínez Valero, el club tomó la decisión de prescindir de sus servicios.
Los de Sergio Pelegrín, realmente, no difieren mucho y muestran un camino difícil. De 10 jornadas, pudo sacar 4 victorias, 2 empates y 4 derrotas. Un total de 14 puntos, en menos jornadas por supuesto. Aunque las victorias llegaron en los momentos más importantes (contra Roda, Alzira, Paiporta y Olímpic de Xàtiva).
Las tres últimas victorias fueron seguidas, lo que metió más presión a sus perseguidores, dándole la ansiada salvación. No fue nada fácil, ya que se consiguió ante en el campo de La Murta, uno de los más complicados de la categoría. El Olímpic sólo perdió 2 partidos en su casa, uno de ellos contra el Ilicitano.
Como nos comentó Perujo en la entrevista que realizamos hace unas semanas, la derrota ante el Vilamarxant marcó un antes y un después. A partir de ese momento, vinieron las tres victorias seguidas, que le daban al equipo la salvación.
Lo mismo pasó la temporada pasada, con aquella derrota ante el Rayo Ibense en la penúltima jornada. Ya en el último partido contra el Eldense, vimos a un Ilicitano totalmente distinto, realizando su mejor actuación.
Por el momento, Sergio Pelegrín tiene muchas papeletas de seguir como entrenador la temporada que viene en el Ilicitano. Le ha costado, pero al final encontró la manera de sacar rendimiento a la plantilla.
Sin embargo, ahora se enfrentará a su próximo dilema: la confección de la nueva plantilla. Veremos qué sorpresas nos deparará la pretemporada.
Mientras tanto, desde Rookie Soccer queremos felicitar tanto a Fidel Martínez como a Sergio Pelegrín; y a todo el cuerpo técnico por el trabajo realizado.
Cuando terminó el último partido en el Martínez Valero, ambos pudieron por fin respirar y sacar toda la tensión contenida en los últimos meses. Lo harán mejor o peor, pero que nadie dude en que han sentido y padecido con el equipo hasta el final. Gracias, entrenadores.
