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Dos ‘tanques’ en el Ilicitano

OPINIÓN por Juan Marín.

Uno de los aspectos más llamativos del nuevo Ilicitano de Sergio Pelegrín, es el de jugar con dos delanteros arribas. Bien podríamos decir que «juega con dos puntas», pero sería más exacto decir «juega con dos fucking tanques».

Nacho Ramón y Mourad están siendo toda una pesadilla para las defensas rivales, como ya han comprobado Atzeneta, Roda y Vilamarxant. Pese a ser de perfiles muy parecidos, no se estorban entre ellos u ocupan el espacio del otro jugador.

Al contrario, ambos realizan un trabajo de cooperación asombroso en muy poco tiempo. Como si estuvieran mucho tiempo jugando juntos. Sin duda, el esfuerzo del cuerpo técnico y de los jugadores está siendo destacado.

Son dos delanteros denominados tanques, y es que si los comparamos con esos monstruos de metal, bien podríamos buscar dos modelos que encajan con las características de los dos.

Los dos deben ser tanques de primera línea, auténticas bestias capaces de aguantar el fuego enemigo y de abrir brecha en las defensas rivales. Por eso mismo, vamos a compararlos con un KV-1 soviético y el T29 americano.

Mourad es como el KV-1, un tanque pesado que se fabricó a principios de la 2ª Guerra Mundial. La intención de los soviéticos era la de poseer un tanque de ruptura, un carro de combate capaz de traspasar las líneas defensivas.

El blindaje del KV-1 fue de lo más destacado en los años 1941 y 1942, aunque luego se quedó desfasado conforme avanzó el conflicto bélico.

El delantero posee características similares, ya que aguanta muy bien el balón de espaldas a portería, o avanza hasta la zona de peligro. El KV-1 no era especialmente rápido, pero para un tanque pesado de la época no se quedaba atrás en cuanto a velocidad.

Nacho Ramón es más como el modelo T29 que desarrolló el Ejército de los EEUU hacia el año 1944. El buen rendimiento de los M4 Sherman hizo descartar el uso de tanques pesados, pero la aparición de los Tiger II les hizo replantear su estrategia.

Para hacer frente al poderoso cañón alemán, los americanos trabajaron en un tanque pesado capaz de soportar el fuego enemigo y de responder con la misma potencia de fuego.

Aquí entra Nacho Ramón en dichas características, pues el T29 poseía una velocidad de recarga superior a la de sus rivales. Una de las mayores armas del ‘Tiburón de Carrús’ es su velocidad para girarse de espaldas a portería y ejecutar su disparo entre los tres palos.

Sin embargo, tanto el KV-1 como el T29 eran tanques que necesitaban la ayuda de otros modelos para salir victoriosos en las batallas. Los famosos T-34 y M4 Sherman, tanques medios con mucha movilidad para flanquear las formaciones enemigas, mientras los tanques pesados aguantaban en primera línea.

Los éxitos de Mourad y Nacho Ramón también son gracias a Molina, Alberto Rubio, Teddy, Perujo o Brian. Jugadores que buscan las bandas mientras los delanteros aguantan el balón a espaldas de la portería rival.

Sostienen el fuego enemigo en espera de la ayuda de los compañeros, de esos veloces T-34 o M4 como Molina o Alberto para seguir avanzando sobre el terreno rival.

Sergio Pelegrín ha diseñado un buen sistema de ataque digno de una composición de carros de combate. Con un buen equilibrio para potenciar las características de cada jugador, y así llevarlos hasta la victoria.

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