OPINIÓN por Juan Marín.
Durante esta temporada, llevamos comentando lo difícil que estaba siendo para el Ilicitano estos últimos meses. Pusimos la analogía con El Señor de los Anillos, como una expedición por las tierras de Mordor.
Un lugar lleno de peligros, de trampas, donde la muerte asoma por donde menos te lo esperas. Tras el partido contra el Vilamarxant, es cierto que todo se vio oscuro. El descenso parecía algo difícil de evitar.
Si este viaje tenía que terminar bien, estaba claro que iba a terminar a lo épico. A lo grande, como pasó en El Retorno del Rey.
A pesar de los muchos problemas y dificultades, el Ilicitano consiguió sobrevivir a su travesía en Mordor. Llegar al Monte del Destino, cumplir con su misión y salir de allí.
Por este difícil camino han tenido de todo. Han habido bajas, momentos de desesperación, de tristeza y sin esperanza alguna. Pero al final lo consiguieron, reunieron fuerzas para sacar la situación adelante. La clave para conseguirlo: lo hicieron como un equipo.
En los momentos más difíciles, pudieron levantarse y estar unidos para lograr lo que parecía imposible. Sobrevivieron a Mordor porque estuvieron unidos. Fueron un equipo para lograr su objetivo. Espalda contra espalda, todos ellos lucharon y se ayudaron para salir vivos de allí.
Pudiera llegar el día en que el Ilicitano caiga en el descenso y se olvidara todo el trabajo realizado por cientos de personas para formar a estos jugadores. Pero no fue ese día.
Pudiera llegar ese día en que los más jóvenes no vean esperanza en llegar a lo más alto del club franjiverde. Donde los equipos del fútbol base fueran desapareciendo poco a poco; y con ello, la ilusión de los jugadores por dicho club. Pero no fue ese día.
En aquel día, donde salieron al campo de La Murta, los jugadores del Ilicitano salieron a luchar. Se impusieron al miedo de caer, a la desesperación que podría dejar helado a cualquier hombre.
Por todo aquello que sus corazones aman, por la franja verde que luce en sus camisetas, por las cosas buenas que han vivido aquí. Por todo ello, salieron a luchar y conseguir su meta.
El camino que han recorrido fue todo un infierno. Encima por segunda vez, han tenido que revivir aquellos momentos tan difíciles de la temporada anterior. Pero lograron superarlo, otra vez.
De esta travesía a Mordor, son muchas las cosas que deben valorar y aprender. La primera, y más importante, han salido de ahí como equipo. Unidos son más poderosos. Reunidos, son imparables.
La segunda, las cosas se consiguen por uno mismo. No importa lo fuerte que puedas ser, sino lo que puedes aguantar. Hay que soportar sin dejar de avanzar, porque es así como se gana.
La tercera y última. Que deben seguir trabajando y deben seguir mejorando. El exceso de confianza es algo peligroso. El trabajo constante y diario es el que al final les ha permitido lograr la salvación.
Los libros contaran estas hazañas por los años venideros. Un grupo de jugadores, que pese a todas las adversidades, consiguió cumplir con su misión. No en una ocasión, sino en dos ocasiones.
Valoremos lo que han sufrido estos chavales, y lo que han conseguido. Valoremos el trabajo que han realizado, y seamos conscientes de lo difícil que es salir de dicha situación.
Para mi, son unos supervivientes. Unos chavales capaces de afrontar las situaciones más difíciles. El día que tenga que bajar al Inframundo, por favor, que ellos vengan conmigo. Porque tengo claro que con ellos, al final, saldremos de allí con vida.
